sábado, 30 de mayo de 2009

Punto y Aparte. -

Las palabras no son mas que cosas q salen de una boca y vuelan…con el viento. Hoy no son lo que preferiría por parte de nadie. Solo miradas, gestos, actos y actitudes. Llena de un vacío inmenso cubierto de incertidumbre me cierro al mundo sin un porqué que hasta el día de hoy no he descubierto. Realmente no considero hacerlo. “Debo.” Dicen. Pero ocurre que me siento bien en mi soledad y mis pensamientos en los que nadie irrumpe con parámetros estupidos de la sociedad como el –qué se debe-qué se quiere- que sí- y que no-. Nadie puede entrar ahí más q mi persona dando pasos en ese mar de fragilidades, desequilibrios, miles de dudas y pocas certezas. Pero siguen ahí quietitos. Yo los dejo ser. Son como títeres en una obra teatral en la que no soy más q un espectador. El único en primera fila. El que sabe en silencio que son verdades, y no cosas que se eligen mostrar, para/con alguna intención. No. Todavía tengo esa capacidad –virtud o defecto, llámese como guste- de hacer, vivir, sentir, como si fuese una inocente niña que poco sabe de las mañas mundanas. Al margen de la vida, dejo de interactuar con mis pares. Solo por una cuestión necesaria y por un determinado tiempo. No necesaria para mí. Sino para unos terceros.
Ir y venir. Nada más. Y nada menos. Una –cosa- que vaga por la vida es una situación temporal…cierto? Espacios de transición. Baches en la obra más personal. No sé.
Quizás ni esto tenga sentido hasta que sea planteado con todas las cartas sobre la mesa. Sucede que me faltan algunas.

viernes, 29 de mayo de 2009

Yo en el fondo del mar

En el fondo del mar
hay una casa de cristal.
A una avenida
de madréporas
da.
Un gran pez de oro,
a las cinco,
me viene a saludar.
Me trae
un rojo ramo
de flores de coral.
Duermo en una cama
un poco más azul
que el mar.
Un pulpo
me hace guiños
a través del cristal.
En el bosque verde
que me circunda
—din don... din dan—
se balancean y cantan
las sirenas
de nácar verdemar.
Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo,
las erizadas puntas del mar.
Alfonsina.