lunes, 1 de junio de 2009

Un baúl de tantas cosas

Un deposito de emociones, donde hay? Es q loco está el mundo, o yo me estoy moviendo para el otro lado…o simplemente no me estoy moviendo. Algo de eso hay. El calendario se puso riguroso y el paraguas se me esta dando vuelta, la tormenta no cesa y me dura días, días…y mas días. Solo espero q sea primavera otra vez.
Un rato en el cubito de cemento, con un café quemado, un aula fría y con olor a chivo, me dejó unas sensaciones así como medio extrañas… buenas o malas no sé. Las lindas no se saben porqué y las malas son como nubes espesas en el cielo nublado, como la nata en la leche, o como restos de yerba en el azúcar. De a ratitos soy feliz, solo me surgen las ganas de drenar los ojos, y las manos se detienen en el camino. Y reposan; se suspenden en la nada. Me detengo a contemplar lo lindo que es todo. Lo rara que es la gente. Y cuanto me cuesta.
Me estanqué.
Y ahora por donde sigo? Ugggh. Lo nublado y lo frío me pusieron frágil, buena, inocente y sin intenciones para con nada. Soy un volante viejo recorriendo algunas veredas de por ahí, la mirada se me hace agua otra vez, y vuelvo a contemplar… pero vaya uno a saber qué. Ando solitaria últimamente. Mis oídos están fuera de servicio, mi voz se quiebra de tanto en vez y los brazos me duelen de solo caer. A donde está mi conejo? No tengo idea. Pero también me tiene mal. Ese bicho me cae bien, si lo vieras, está siempre dispuesto a un abrazo. Por eso me preocupa.
Que se yo, dejo un pedacito mas para ese baúl de tantas cosas, escondido. Para que lo busques; y lo encuentres, verdad?

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