domingo, 27 de febrero de 2011

el parral de los deseos*

Roja la sangre,
como el fruto
que corre por tus venas.
Se hace piel
y desintegra en el cuerpo.
Se disemina,
te envuelve
y te quema.
Hierve el instante;
más vivo que nunca
y enloquece,
por fundirse en tu boca.

2 comentarios:

  1. Por mas de un momento, me encanto leerte.
    Te me hiciste diminutamente inmensa.
    Ahora que se donde es,
    voy a pasar mas seguido.
    Saludos.
    Juan.

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  2. Muchas gracias Juan! sos bienvenido, pronto subiré algunas cosas q tengo pendientes por algun rincón!

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