sábado, 20 de noviembre de 2010

relato de mi Yo trillado

Una tostada para vos
otra para mí
otra para ella.

En el balcón de las historias,la casa comunitaria.
La cama regalada y los besos diluídos para que alcancen, y sobren. Por si aparece
alguien más. El agua del mate se acaba porque somos muchos y las sonrisas se esfuman cuando se termina el horario de visita.
Te regalé una canción, para que la compartas con otro, no. Ese no era el juego. Tampoco era este; como una guerra dulce de poesía, melancólica. Asesina.
Ya no quiero escribir más esta historia
Ya no quiero rondar callejones sin salida.
Yo Quiero cantar al árbol, quiero besar el río, quiero volar y hacerme rocío.
Entonces contame un cuento. Que no sean dos, ni tres.
Que los crayones dibujen entre los platos formas y colores de paisajes diferentes. Que esperemos una cena para dos mientras jugamos al jardín de infantes, que se endulce el porvenir, que el resplandor no sea sombra, y que los recuerdos se desvanezcan en el aire como el perfume de un rosal.

Mientras cae la tarde yo me pierdo por ahí, y el día se hace eterno.

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