Olvidadas aquí, las palabras que no descansan; siempre en movimiento,latentes en cada prosa.
Aquí, yace mi suerte, mi desvelo, y el de una escritora que danza al compás de mis pies,
que habla con el corazón y calla con lo que a mí me sobra.
Y el alma, una parte de mí y otra de sí, se esparce y comparte, en este pequeño espacio del mundo.
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